Orden en casa: Cómo ordenar con minimalismo

No le pasa a todo el mundo, pero a la mayoría, sí: acumulamos. Acumulamos ropa, acumulamos zapatos, acumulamos accesorios de cocina, acumulamos artículos de baño y acumulamos trastos. Es un hecho: cuanto más espacio tenemos, más acumulamos; los que os hayáis mudado de casa o de oficina recientemente lo sabréis muy bien. Hay quién afirma que todo aquello que acumulamos nos impide hacer espacio para cosas nuevas; y también quien va más allá y afirma que el orden y la sobriedad pueden ser una fuente de paz y felicidad. Estamos hablando de MINIMALISMO

El minimalismo es una tendencia que apuesta por deshacerse de todo lo sobrante para quedarse únicamente con la esencia y lo básico. Sus orígenes hacen referencia principalmente al mundo del arte y la arquitectura, aunque hoy en día ya se contempla como todo un estilo de vida. En los últimos años, la sociedad ha mostrado un gran interés por abrazar esta corriente, que puede aplicarse desde la forma de alimentarnos hasta el diseño de las aplicaciones más usadas.

La ropa en orden

El armario y los cajones de ropa suelen ser uno de los grandes quebraderos de cabeza a la hora de ponerse a ordenar, así que la primera recomendación es que empieces por hacer limpieza. Y sí, hacer limpieza implica tirar algunas prendas. Pero… ¿por dónde empezar? El primer paso es abrir ese cajón o ese armario y sacarlo absolutamente todo. Puedes dejarlo encima de la cama, de un sofá, una silla o una banqueta que tengas en el vestidor. Una vez tengamos el armario o la cómoda completamente vacíos, podemos empezar a seleccionar aquello que nos quedaremos y aquello que no. Así que coge una prenda cualquiera y hazte las siguientes preguntas:

1. ¿Te sigue gustando?

Quizá se trate de una prenda que encajaba con tu estilo en otro momento, pero ahora ya no te identificas con ella.

2. ¿La has usado en el último año?

Las prendas que nos hacen sentir bien las usamos continuamente. Por eso, si tienes alguna en el armario que no has usado ni una sola vez en todo un año, quizá sea hora de decirle adiós.

3. ¿Está en buen estado?

Un agujero que no se puede zurcir, una mancha que no se va, era blanca y ahora es amarilla... piénsalo. 

4. ¿Te trae buenos recuerdos?

Cada prenda tiene su historia, alegre y divertida o triste. La apuesta de Andrea House es quedarse con las buenas.

5. ¿Te aporta felicidad de alguna manera?

Por algún motivo, hay prendas que a pesar de viejas, dañadas, o que ni siquiera nos caben, nos hacen felices. Distingue estas pocas excepciones y esas sí, consérvalas.

Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es negativa, ha llegado la hora de despedirse de la prenda. Puede parecer difícil, pero debemos recordar que el objetivo es desprendernos de todo aquello que ya no nos aporta para poder tener más orden en casa. Vamos repitiendo el mismo proceso con cada uno de los artículos hasta que finalmente habremos hecho un montón con las prendas que vamos a conservar y aquellas que no. Si dispones de un burro colgador te vendrá de perlas para ir colgando ahí todo que irá de vuelta al armario. Si lo hemos hecho bien, notaremos que el armario ha quedado aligerado y ocupado solamente por prendas que disfrutas.

Trabajar en casa

Un espacio de la casa vital, especialmente si trabajamos en casa, es el despacho o la oficina. Se trata de una habitación o bien un rincón donde debemos poder concentrarnos, focalizar en lo que estamos haciendo y estar al 100 % mentalmente. Por eso, mantener el orden en la mesa de trabajo es especialmente importante.

En primer lugar, para poder montarnos una home office adecuada y trabajar cómodamente, debes disponer del espacio suficiente. En función de tu profesión, deberás decidir cuánto espacio es suficiente para ti: hay personas que únicamente necesitan un pequeño ordenador portátil y hay personas que quizá necesitan una superficie de trabajo más amplia para poder extender planos o una pared con una pizarra para poder hacer esbozos. En cualquiera de los casos, los siguientes consejos para trabajar en casa te ayudarán a mejorar tu pequeña oficina:

Ordenar el cuarto de baño

En las habitaciones más pequeñas de la casa es donde a menudo es más complicado mantener el orden. Sin embargo, cuanto más reducido es el espacio más necesario es tener una buena organización. El cuarto de baño es un sitio donde guardamos muchos artículos pequeños de higiene personal, accesorios de baño de todo tipo… por eso, también es importante hacer limpieza de vez en cuando para no acumular artículos caducados o sencillamente cosas que ya no necesitamos ni utilizamos.

Para ello, una buena forma de empezar es utilizar la misma estrategia que con la ropa: empezaremos por vaciar armarios, estanterías y cajones y dejar todo su contenido encima de una superficie donde sea cómodo verlos y clasificarlos. Uno a uno, iremos descartando, para empezar, todos aquellos productos de higiene personal que estén caducados, que seguro que alguno hay: pintalabios deshumedecidos y cuarteados, esmaltes de uñas que han quedado resecos, medicamentos y cremas cosméticas que han caducado, así como objetos personales muy desgastados o rotos, como cepillos para el pelo, cuchillas de afeitar, esponjas o limas de uñas.

El siguiente paso es un poco más difícil, ya que se trata de deshacernos de todos aquellos artículos que por algún motivo seguíamos guardando pero que, sin embargo, ha llegado la hora de aceptar que hace tiempo que no usamos y sabemos que no vamos a utilizar en un futuro. En esta fase puede que le toque el turno a pequeños electrodomésticos como rizadores y planchas de pelo, aparatos de depilación, maquinillas de afeitar, cortapelos antiguos, secadores de pelo…

Después de todo este trabajo nos daremos cuenta de que teníamos un montón de artículos ocupando sitio innecesariamente y de repente habremos ganado espacio de almacenaje. En este momento, las cestas y las cajas serán un gran aliado a la hora de volver a poner orden a nuestro cuarto de baño.

Finalmente, la última recomendación la enfocaremos al espacio de la pica. Generalmente se trata de un espacio limitado, por eso en Andrea House apostamos por aprovecharlo para colocar únicamente un conjunto de baño: un dispensador de gel de manos, un portacepillos y una jabonera, si tienes costumbre de usar jabón de manos en pastilla y dispones del espacio suficiente. De esta forma, la superficie del baño se verá siempre despejada y además será mucho más fácil de limpiar, ya que continuamente está llena de gotitas de agua o restos de jabón.

Un salón muy calmado

Por derecho, el salón es el corazón de la casa, ya que es el sitio de reunión de toda la familia, donde pasamos más horas (despiertos, al menos), donde deberíamos sentirnos más a gusto. Como sabes, en Andrea House trabajamos para ayudar a las personas a crear espacios llenos de bienestar, creemos que la decoración es una forma de transformar cualquier sitio en un espacio personal, donde sentirnos a gusto, donde sentirnos en casa. Por eso, tener un salón despejado nos ayudará a sentirnos aun más a gusto. Un salón calmado es un salón que invita a relajarse, un salón no muy abarrotado, con los muebles y las cosas justas. Cuando tenemos muchos objetos alrededor y casi todo el espacio está ocupado tenemos demasiada información para procesar continuamente, impidiendo llevarnos a este estado de calma y serenidad que buscamos.

Por este motivo, el minimalismo nos invita de nuevo a descargar nuestra casa de todos aquellos objetos que no aporten nada o aporten poco para priorizar aquellos que mejor te hacen sentir. Desde libros hasta objetos decorativos, pasando también por el pequeño electrodoméstico: cada vez más gente decide vivir sin televisor, por ejemplo. ¿Quieres algún ejemplo más? 

Aquí te damos algunos:

1. Aligera las estanterías: menos libros, menos objetos, ¡no le tengas miedo a los espacios vacíos!

2. Pon en tela de juicio tus aparatos tecnológicos: cuestiónate si realmente usas y necesitas todos los electrodomésticos que tienes, como televisor, altavoces, minicadena, tablets…

3. Apuesta por colores neutros como el blanco, el negro o los tonos tierra: multiplican la luz en la estancia y relajan la vista.

Una cocina de revista

Cada cosa en su sitio y un sitio para cada cosa. Si la cocina acaba siendo siempre la asignatura pendiente de toda persona ordenada, ¡imagínate de las que no lo son! Es humano y no pasa nada, en la cocina acumulamos más cachivaches que en ninguna otra habitación de la casa porque parece que hay un utensilio de cocina para cada cosa: el hervidor de agua para el té, la máquina para cocer al vapor, el molde de silicona para hacer bizcochos, la sandwichera, el exprimidor, la tostadora, la báscula… Y además, también es inevitable acabar acumulando comida. ¿Quién no se ha encontrado los restos de un paquete de harina olvidado en el fondo de la despensa? Las personas, muchas veces, comemos más por los ojos que por el estómago, y es por este motivo que tener la comida guardada en un armario o una despensa puede ser peligroso: porque no la vemos. Tener la comida a la vista, por simple que parezca, es una forma de acordarnos de los alimentos que tenemos, para así no comprar de más y reducir el malbaratamiento de comida

Otra de las corrientes más en boga, que además de ayudar a reducir el malbaratamiento contribuyen a reducir el plástico en el hogar, es la compra a granel. La compra a granel nos permite comprar la cantidad de alimento que vayamos a consumir, su precio es mucho más económico y, además, colaboramos a reducir el uso de plástico utilizado en el envasado.

Para sustituir los envases de plástico podemos usar botes y tarros de cristal reutilizables, que además de ser más sostenibles, nos permiten tener los alimentos a la vista. De esta forma conseguiremos liberar espacio en los armarios de la cocina y aprovechar las estanterías para tenerlo todo más ordenado y a mano.

Ahora que ya tienes todos los decotips necesarios para ordenar tu hogar con minimalismo solo te falta buscar el momento adecuado para hacerlo. Te recomendamos ir poco a poco y sin presiones, cuando encuentres la inspiración para ponerte a ello, lo sabrás. Y te aseguramos que al final de todo habrá valido la pena.

¡Mucha suerte!